La aceleración de la IA se revela como la herramienta definitiva de cambio de forma para los ciberdelincuentes

La IA, o Inteligencia Artificial, es el desarrollo de sistemas informáticos que imitan la inteligencia humana. Implica la creación de algoritmos y modelos que permiten a las máquinas aprender, reconocer patrones y adaptarse a nuevas situaciones.

Nos fuimos de 2022 con el inicio de un boom de la IA, y aquí estamos un año después totalmente embelesados con la fuerza de la big tech. En ese tiempo, OpenAI, con sede en San Francisco, ha pasado de ser una unidad de investigación al margen a un gigante tecnológico al que todos los grandes actores quieren rozar, incluida Microsoft, que tiene la friolera de 8.000 millones de dólares en su producto estrella de IA, ChatGPT, un sitio que ahora cuenta con 1.500 millones de visitas al mes.

Elon Musk advirtió en el Simposio del Centenario AeroAstro del MIT que "con la inteligencia artificial, estamos invocando al demonio", comentando más tarde que "el ritmo de progreso de la inteligencia artificial es increíblemente rápido - está creciendo a un ritmo cercano al exponencial. El riesgo de que ocurra algo seriamente peligroso está en el plazo de cinco años. 10 años como mucho"

Parece apropiado que la "Cumbre sobre seguridad de la IA", organizada por el Gobierno británico en noviembre de 2023, se celebrara en Bletchley Park, hogar de Alan Turing y su equipo de descifradores de códigos durante la Segunda Guerra Mundial. Con reminiscencias de las reuniones de Thatcher en Downing Street entre pensadores, científicos y colegas del gabinete en abril de 1989 para debatir sobre el cambio climático, la cumbre reunió a más de 100 naciones y empresas líderes en IA para hacer frente a los crecientes temores sobre el desarrollo, el desplazamiento de seres humanos y el armamentismo.

Una de las principales preocupaciones es el potencial de la IA para facilitar y amplificar el pirateo telefónico, a través de sofisticados ataques de ingeniería social, ataques automatizados de fuerza bruta, malware mejorado con IA y ataques de falsificación profunda.

La inteligencia artificial es una de las principales amenazas a la seguridad informática.

Puede que en la cumbre de Sunak se haya alcanzado un compromiso para realizar pruebas y evaluaciones respaldadas por el Estado antes de que se libere cualquier tecnología de IA, pero tal y como afirma Isabel Hardman, redactora adjunta de The Spectator: "Van a tener que celebrarse muchas más cumbres antes de que quede claro si ese acuerdo va a significar realmente algo"

Check Point Research reveló un aumento del 8% en los ciberataques semanales a nivel mundial en su Informe de Seguridad de Mitad de Año 2023. El 75% de los profesionales de la seguridad fueron testigos de un aumento de los ataques en los últimos 12 meses, y el 85% atribuyó este aumento a los malos actores que utilizan IA generativa.

Los algoritmos de IA potencian el descifrado de contraseñas, reduciendo el tiempo necesario para vulnerar dispositivos. Los hackers pueden aprovechar el aprendizaje automático para optimizar los intentos, explotando patrones para acceder a datos personales y confidenciales de los teléfonos móviles. La IA integrada en el malware supone una gran amenaza, ya que, gracias a su capacidad de adaptación en tiempo real, puede eludir fácilmente la detección. Estas variantes avanzadas eluden las medidas de seguridad, aprovechan las vulnerabilidades y aprenden de las interacciones.

Otro avance inquietantemente distópico es el auge de la tecnología de falsificación profunda, alimentada por la IA, que permite suplantar la identidad de forma realista, engañando a las víctimas para que pongan en peligro la seguridad de su teléfono móvil. Algunos intentan combatir las preocupaciones con un enfoque de "fuego con fuego". Según James MacKay, director de operaciones de MetaCompliance y reconocido experto en formación de concienciación sobre seguridad, la IA se está convirtiendo en una herramienta cada vez más importante en la lucha contra los ciberataques.

Sin embargo, los modelos de IA requieren una supervisión y actualización constantes para adelantarse a las amenazas en evolución, ya que los hackers pueden engañar a los sistemas de IA y eludir las medidas de seguridad manipulando intencionadamente las entradas o inyectando datos maliciosos. En última instancia, los sistemas de IA son tan buenos como los datos con los que se han entrenado. Los conjuntos de datos no cubren las amenazas emergentes, y son propensos a los sesgos.

MacKay destaca: "A medida que los ciberdelincuentes perfeccionan sus técnicas de ciberataque basadas en IA, puede dar lugar a una "carrera armamentística" entre los profesionales de la ciberseguridad y los ciberdelincuentes". Un número cada vez mayor de ataques, que resultan costosos para las organizaciones afectadas, están generando la necesidad de soluciones más sofisticadas.

Los enfoques actuales, atrapados en un frenesí por ponerse al día, dejan mucho que desear, plagados de compromisos de seguridad, vulnerabilidades y problemas de privacidad. El problema es que ninguno de nuestros competidores se ocupa de los propios sistemas operativos.
Las funciones de seguridad estándar se "añaden", dejando vulnerabilidades en cada capa integral.

"No hay una solución milagrosa con la ciberseguridad, una defensa por capas es la única defensa viable." - James Scott, investigador principal del Instituto de Tecnología de Infraestructuras Críticas

Nuestro Sotera SecurePhone, que cuenta con la confianza del gobierno y es fiable para las empresas, se construyó con un bloqueo multicapa, lo que significa que los flujos de voz y los mensajes de texto entre dos Sotera SecurePhones no pueden ser interceptados ni descifrados por un tercero remoto. Probado y verificado de forma independiente por Netragard, la tercera parte de confianza del DoD, el Sotera SecurePhone cuenta con la confianza del Ministerio de Defensa.

El Sotera SecurePhone ha sido diseñado para que no pueda ser interceptado ni descifrado por terceros.

El Sotera SecurePhone es el primer y único producto que salvaguarda los tres pilares de la seguridad, por lo que se mantiene imperturbable ante las amenazas cibernéticas en constante cambio.